sábado, 28 de mayo de 2016

Un poema que no encuentras...


Orfeo y Eurídice, de Rodin


...y que escribiste hace mucho, para un 1 de junio. Únicamente recuerdas unos fragmentos: Y si tu hermana recordara/ la infalible escritura de los astros/ oh, dioses muertos, recuerdo/ que parece mentira tanta pena... Y este otro: Día uno y es miércoles; tan sólo por los pájaros de la mañana,/ la mañana... 
Y como quieres que esté contigo también para su cumple, día 1, miércoles, le dedicas este poema que apareció en la revista Hermes:

      ¿Recuerdas a Eurídice?

      Quiero tenerla en mí
      igual que una adivina que, al mirar en su bola, siempre encontrara la sorpresas de la luz.

      Tenerla en mí con la misma confianza de una madre anotando la fecha deseada sobre camisillas diminutas, porque debe ser maravilloso oír dos corazones en el pecho.

      Tenerla en mí y que la adivinaras encendida en las niñas de mis ojos para iluminar las bodas, para recorrer los conventos deshabitados de sus dioses...

      Dile que vuelva a la ciudad donde se alocan las campanas, que recupere las conversaciones de las bordadoras de la Luna; que vuelva y sacaré la vajilla de celebrar los deseos imposibles, que vuelva y prepararé su habitación como cuando vivía a mi lado y me quería tanto.

      Todo vendrá después de su regreso
      y ya no habrá ladrón que se escape con mi herencia, ni pan verde o helado, ni sombras en la casa asustando a los gatos cariñosos.


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