- Héctor y Andrómaca. Giorgio de Chirico
Amores de una tarde
intensamente frágiles y hermosos...
He vivido la bárbara batalla
de ir agotando asaltos
al cariño
y era imposible
asediar un planeta con los besos,
mudarlo en la razón de cada día.
Y darme por vencida fue el descanso
de cualquier enemigo que conozco.
Amores de una tarde,
rosas que se preparan a la muerte
antes que el sol las mustie
y les haga caer con un gemido.
En cada instante un mundo que se extingue,
en cada movimiento más de un siglo.
No he de buscar un nombre a esos amores,
no tendrán por testigo la pereza.
Ellos sí son verdad:
nunca pactaron
con un amor extraño a su hermosura
o con un enemigo imprescindible.
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