Y la Alegría, que está siempre con la mano en los labios
diciendo adiós
Keats
Aquella vez, al separarse
Geb y Nut,
no hubo retorno.
Pero alguien robó el instante:
Cuando la ausencia se contempla
en la mirada del amor
y la alegría, levantando
su mano, permite cobrizas
promesas que se desdibujan
en lo sombrío.
Cuando lo más hermoso observa
a su amante y la transparencia
oculta un desgarro,
un arrecife.
Al separarse Geb y Nut,
distanciarse para mirarse,
para el primer aullido de ansia,
ese sonido del oxígeno…
Atardece…
Sí, esos son los amantes.
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