Vienen desde lejos.
¿De qué ciudad oculta vienen?
¿De qué grieta,
por donde supo el agua huir
bajo la arena, vienen?
Con la memoria de un jardín
se acercan. Con puntas de flechas
de otros hombres dormidos,
con mapas de rutas de polvo,
esos itinerarios
que en la noche
sólo son estrellas y frío
y, en la tierra, nadie.
Vienen… ¿vendrán a nuestro encuentro
con la canción que se regala
a los viajeros
como una piedrecilla azul
de la alegría?
¿Vienen para acercarse y mientras
vienen se les ha adelantado
su sonrisa?
Son casi un espejismo ellos
que vienen o van…
¿Será que van después de darnos
su tesoro, después del beso,
la piedrecilla?
¿Regresan al jardín del año
de las flechas de sílex, vuelven
a la residencia del agua,
al envés del tiempo,
a la primera voz
de las estrellas?
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