sábado, 1 de febrero de 2014

XXXVII De libros ( Fantasmas y cálamos)



      Fresas en un cestillo


       Procuro probar un bocado
      para cerciorarme
      que mi corazón agridulce
      aún está vivo
      y acepta
      leves porciones
      de vertiginosos momentos
      o ser una diosa que elige.

      Pero la pulpa que quisiera
      verter  en mi garganta-jugo
      rojo animal, costoso jugo-,
      la carne
      del corazón que me captura
      ignorando su pulso
      crece en el pecho escapadizo
      de mi alcance
      y descubro
      que es mi sagrado corazón
      en ese ajeno pecho
      quien me llama.

      Ser diosa no es bastante,
      ni la elección,
      ni el agasajo ubérrimo
      de pequeños amores suaves
      entre los dientes con su grano
      ardoroso.

      Ser diosa no es bastante
      sin recobrar
      mi corazón
      que empuja un rojo desatino
      en otras vértebras.

      Sin recobrar mi corazón
      que gusta
      de residir distante
      con su robada vida.



No hay comentarios:

Publicar un comentario