Pinto mis ojos
para el encuentro.
-¿Qué discreto lipstick
que no parezcas loca
eliges, Conejito?-
Unto crema olorosa
en mis pechos y crecen,
enrojecen sedosos…
Ah, si pudieras olerme,
luego tocarme,
mágico y lascivo,
y volver del revés
este guante virtual
de mi piel…
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