sábado, 14 de enero de 2017

De JARDÍN AL MAR


      Resultado de imagen de profundidad del mar

      Mar



      Bajo del árbol de las nubes
      que cuidaban
      la serpiente y el tigre
      hacia la orilla de la lluvia,
      a la frontera del espacio
      que me dejó marchar
      donde el pinar más hermoso
      me acariciaba y me fingía.

      Tuve en mis pestañas el polvo
      que dos cuerpos levantan cuando
      se laceran en una danza,
      y después del fragor creció
      la pena en el pinar o nieve.

      Regreso,
      oh dios sin días ni amenaza,
      ni lindero en tu abrazo,
      ni torso al que arañar ni arista
      en tu medida, ni futuro.

      Regreso y entro y entro en ti.
      Ya no bebo más sal de llanto
      aunque a mi frente y a mis venas
      viene la sal de tu saliva
      o es silencio.

      ¡Cómo
      me hundo
      sin aliento
      y  los ojos
      abiertos!

      ¿A quién contaré que el descanso
      es una forma de adorar
      el agua mis pulmones?

      ¿Quién me oye hundirme y sonreírme,
      burbujear y desnudarme
      y prescindir del corazón,
      matarlo?

      Las posidonias de tu pelo,
      dios,
      me cosquillean los tobillos
      y no recuerdo la dureza,
      y estoy muerta para el cansado
      cachemir de las despedidas,
      y no recuerdo una canción
      que inquiete
      a las ascidias transparentes.

      En cada dedo tengo un pez
      rayado, una medusa;
      un cinturón de anguila joven
      me sujeta al coral
      con anguilitas de agua dulce.

      Pero no tengo frío
      ni dolor,
      ni deseo
      emerger.

      Brilla un quintante señalando
      el norte
      a los ahogados.

      Un ángel de rorcual resopla,
      trae un mensaje azul
      a las anémonas.

      ¿Quién me escucha mudarme en alga
      de este jardín,
      silente en el secreto intacto
      de una luz que tamiza el filo
      de la tristeza y lo disuelve?

      ¿A quién diré que soy amada
      por el dios del comienzo,
      por el dios de la muerte, oh dios,
      al que me entrego en tanta vida?


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