domingo, 16 de octubre de 2016

Del libro ALICE

    Circe, de B. Mackennal. 1893



      CIRCE

      Se fueron los  marinos...

      Tenían morenas esposas de ojos
      penetrantes,
      mantos granate
      limpios en arcones taraceados
      y, en las bodegas,
      vino casi perfume,
      casi Madagascar en travesía.

      Observo el horizonte sin albatros
      desmemoriada
      de las embarcaciones
      del deseo.

      Y levanto mi mano
      no sólo despidiéndome, no sólo
      encendiendo los faros, las hogueras,
      las estrellas del Norte,
      el cromado color del astrolabio.

      Dejaré que las brújulas
      recobren los imanes del hogar
      y ocultaré la altura
      de mi isla.

      ...Penetro
      en la amarilla hierba
      de la noche

      y preparo
      el bebedizo amargo de la noche
      y recibo
      a las otras visitas de la noche.


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