domingo, 3 de julio de 2016

Poemas sueltos I

      Juan van der Hamen y León. Museo del Prado


      Plato de ciruelas y guindas

      I        Es el secreto, no, no lo es.
               Una gota en mis labios como
               antigua princesa durmiente
               y la ponzoña me despertara,
               abriera mis labios, sentir
               me duele
               embriagador.

      II      Herir la fruta, herirme, mírame,
               aún no me toques, degusta
               muy dentro en tu sexo, demora
               rasgar la firmeza, el polvillo
               impregnado que aviva el don
               de la sed,
               que vuelve insoportable el gesto
               de la espera.

      III     ¿Cómo se  ofrece transparente
               la madurez y la afrutada
               excitación
               pareciera imposible, fuese
               jadeo, fuese algo pequeño
               y redondo
               y, sin embargo, poderoso?

      IV      Y fuese indecible el secreto,
               pero se muestra.

               Yo sé que lo ocultado está
               presente, que lo protegido
               es el regalo.

               Tengo el mismo poder
               que ese reflejo en el latón.

               Mi apariencia perfecta, dulce;
               estar quieta, callada,
      iluminada por el ansia.


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