Perfil. Manolo Valdés. Col. Himalaya |
LARGO (Del poema Concierto para guitarra y cuerda en Re mayor.Vivaldi)
Cuando la casa acoge su regreso
y en su inquietud acierta a dispersarse
sin tener que explicar que los relámpagos
dieron velocidad a la mañana
-veloz el cielo azul,
azul veloz la miran,
la desean, la ignoran-
y ella pregunta al amistoso espacio
pues no busca escuchar una respuesta,
y la casa, paciente, clasifica
la multitud de imágenes
que de ella se adueñaron todo el día:
en una pila, amantes de un minuto,
artimañas, malas contestaciones,
la imprecisa aspereza
de un amor extinguido...
y, en la otra pila, únicamente versos,
entonces,
ella se reconoce más hermosa
que cuando a los veinte años
podía despreciar
una semana entera de conjuros,
ella se reconoce en la difusa
identidad de un nombre
que atravesó el espejo;
es otro nombre aunque sea el mismo
y es y no es
Alice en el Tablero.
Y entonces vocaliza
en voz alta: O blessed Solitude
de Denise Levertov,
y de lo que bailó ya no se cansa,
y de lo por vivir a se apodera:
"Bendita soledad" que dejas libres
a tantas que yo soy
sin dar respuesta.
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