domingo, 12 de octubre de 2014

Del libro ALICE I

Vivaldi: Concierto para guitarra y cuerda en Re mayor




      Allegro

      Sin flores preferidas
      para elegir qué es justo,
      veraz o atenuante de un castigo.

      Alegremente
      se sombrea la playa de sus párpados,
      carmín urgente y rojo
      y tactos de un perfume
      detrás de las orejas.

      No selecciona ropa
      ni distingue colores
      que ofenden al buen gusto...
      Con el azar
      se viste, se imagina
      y especula y da un salto.

      Alegremente
      se encuentra con su amiga en las orillas:
      habla de la tristeza y de los muertos,
      y se asombran aún,
      hallan tesoros.

      La insensata  inocencia de los  sábados
      cambia su pesadez
      en la ligera forma
      de carecer de puntos cardinales
      que la razón precisa.

      Y alegremente sale de su casa
      bordeando el castigo
      a su vaivén.
      Ignora
      lo que sabe del odio
      y alegremente anima a la mañana.

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