Los pájaros
Las palomas de Matisse ignoran la
madrugada.
Pero otros pájaros
afilados cruzan la puerta
del puente, pasan
rasantes por debajo del arco,
sobre mi cabeza, me desafían a
seguirlos
en la cacería, en la revuelta,
para esquivar
a la zorra camuflada que luego será
fuego
desengañador.
Es el momento de todas mis
cuerdas afinándose,
el intervalo de vuelo que
separa carencias
del súbito placer sólo por
volar, sólo viento
animal, carnívoro con alas,
viento en verano.
Sí, es el momento de cautivar a
las palomas.
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