Este viejo poema está dedicado a Ho Xuan Huong
LA MUJER LLAMADA PERFUME DE PRIMAVERA
Hija
de Ho Phi Dien, amasa pastelillos diminutos que bailan en almíbar,
La
sombra de los montes anamitas disemina su siembra sobre el azogue de los
arrozales.
Ella
confraterniza con los astros danzantes en el agua, y pronuncia en voz baja dos
sortijas posadas en el fondo de la masa de harina que tapiza el azúcar; se
chupa los pulgares, se detiene un
instante ensimismada delante de sí misma.
Vemos
cómo descorre las cortinas, cómo no mira atrás cuando sitúa ramos de flores
blancas en las mesas, tinteros, los pinceles para caligrafías de borrachos que
sujetan su pulso con más vino e improvisan epigramas obscenos.
Ahora
sólo escucha el chapoteo de una rana en su charco, quizá un ave que pesca y se
sumerge detrás del estertor de un campesino que se ha dejado el tiempo en este
cieno de ávidas raíces.
Y
escribe para nadie:
“cansadas las rodillas, siguen igual de vivos
los deseos”.
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