lunes, 22 de agosto de 2016

De CIELOS DE TOLEDO

Fotografía de Ricardo Martín

Primero surge como el ala
de un ave enorme contra el frío
de febrero.

Es este el mes de la  visita 
que se acomoda en los almendros
y cree que el alma es un pétalo
leve.

Primero aflora aleteando,
dando aire a la escarcha, entibiando
sus diamantes.

¿Oyes
 un crotoreo de cigüeñas
nerviosas?

Las  he visto arrancar agujas
de los pinos y remendar
sus nidos en las espadañas.

Las he visto envidiar el ala
del cielo: se atusan las plumas,
flacas se pavonean, blancas.

Primero empuja su silencio
emocionado y luego crece
vegetal de esperanza, incauta
ella con sus huesos.

Aunque en mi corazón se empeña
el hielo
ella fluye de las raíces.

Y es que jamás estuvo muerta.


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