viernes, 25 de marzo de 2016

De SI ELLA NOS MIRA

Vuelvo a poner este poema porque me impresionó ver el retrato de Julia Jackson,  su sobrina, la madre de Virginia Woolf
          JULIA JACKSON  FOTOGRAFIADA POR  MARGARET CAMERON


      La textura porosa de su tez. Quizá
      el tejido de la fotografía adquiere
      aspectos entre  un momento aún de la infancia
      y ese rasgo inicial, una altivez salvaje,
      adolescente.

      Los ojos muy claros, la sombra recogiendo
      el misterio
      que recorre la cabellera y luego vuelve
      a los labios apretados, a la distancia
      inglesa del mundo e imperceptibles torturas
      victorianas.

      ¿Qué sabemos de ella sino la seriedad
      de su belleza?

      ¿Qué heredad suya conocemos sumergiéndose
      en el Ouse?

      Ahora está a punto de ser acariciada,
      estremecerse su barbilla, recogerse
      el pelo, porque una madrugada, despacio,
      alguien le deshaga la trenza y le prometa
      una virtud,
      un sometimiento.
      Ahora, todavía arrogante, responde
      a los augurios.

      Separémosla
      de la hija suicida ni siquiera pensada.
      Escuchemos
      su gesto, su instante, su primera hermosura.
      Invitemos
      a su piel
      en el tacto
      desde la fantasmagoría de una foto
      del diecinueve
      hasta nuestra mano, que quisiera decir
      cuánto, de todo el tiempo, se adueñará
      su hija.



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