ENSIMISMADA
Soy el ojo derecho de mi padre
pero teniendo en cuenta
que en el izquierdo vive un caballero
velando aún las armas de La Dama
del Lago.
Soy el ojo lejano del tío Luca
que pinta las ciudades de memoria
y mujeres con gatos siameses
y ariscos.
El ojo equivocado que se cierra
soñando que una bestia enamorada
empapará su párpado otra vez
y juntará sus muslos
porque fuese
más lento su descuido poderoso.
Cada sábado juego con mi padre
a un juego de palabras,
cajas chinas,
cajitas de marfil que me reparten
como el engaño gris de dos espejos
colocados enfrente
uno de otro.
Yo no podría decirle a mi padre
que retraso el momento de escribir
las primeras palabras de la muerte,
que siempre me amilano
escribiendo mi nombre en el cristal,
si apenas es un soplo
mi aliento hasta el papel
y quedan pocas cosas
tan falsas
y tan íntimas.
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