lunes, 12 de octubre de 2015

DE CONECTADA




      Te envío mails
      cuando tu ventana
      está cerrada.

      Tal vez te amo o es mi deseo,
      o echo de menos tu lascivia
      o que no me distingo
      de la necesidad.

      Y te cuento banalidades, 
      por ejemplo:
      esta tarde, el contacto
      de la lana en mi espalda
      me estremecía
      como si tu lengua siguiera
      los islotes de mi columna;

      por ejemplo:
      me he dormido
      esta noche
      con la mano en el sexo
      imaginando
      que no hay lugar mejor
      para el descanso de tu mano
      después de amasarme
      y de cocerme.

      Y es que tal vez te escribo
      con la misma ansiedad
      que esa muchacha china
      cuando dice:
       *¿Quién  mirará y admirará mi hermoso rostro?


       *Del poema: Dedicado a mi amor. Zhang  Yaotiao. ( S. IX) Tomado del libro: Antología de poetas prostitutas chinas. Guojian Chen. Visor. 2010. Madrid.

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