domingo, 27 de julio de 2014

XXII + de libros ( Fantasmas y cálamos.Segunda parte: Cálamos chinos)



      Insectos en las flores

        
      Ensimismarse en la canícula,
      dejar que el pensamiento apague
      su mecha, y muy quietos los brazos,
      muy quieto en esa curvatura
      el labio agrietado de ausencia.

      Se olfatea lo que traslada
      una morada nube, el borde
      del planeta rodante sobre
      los muertos, los vidrios, los muertos.

      Y es un lujo volver la vista
      al lento arbusto apaciguado
      o a punto de morir.

      Un zumbido señala el exquí-
      sito sexo del ángel mudo
      y vegetal...
                       Pero el planeta
      ha modelado con sus manos
      un imperceptible peligro.

      Cuando las dos moscas retoman
      el terciopelo fucsia, inmóvil,
      el salto de una mantis caza
      algo tan leve como una sílaba,

      y rompe la tormenta y rompe
      su estallido

      y parpadeo

      y llueve.

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