sábado, 26 de octubre de 2013

XXIV De libros (Sexto Sentido)




      Viento en la noche 

      Como aliento de un pájaro sagrado 
      que espera la infancia de los durmientes 
      y se desliza 
      sin enemigos, 
      reconociendo calles, direcciones, 
      sabiendo todo, todo de tu vuelta… 

      Lo invitas a llegar hacia tus brazos, 
      desabotonas 
      tu chaqueta, 
      tu infantil inquietud porque la noche 
      fuera una ciudad de plazas salvajes, 
      el disimulo de los asesinos. 

      Lo invitas a llegar hacia tus brazos 
      y es la desmesurada resistencia 
      que te buscó 
      para bailar contigo la invisible alegría. 

      No hay nadie que te observe 
      igual que si, entregándote al amor, 
      cabalgaras un pájaro sagrado,

      y gritando, 
      volcando papeleras, 
      haciendo de tu voz la garza negra 
      que camina los lagos de la noche, 

      murmuraras al lado del amor 
      flores de viento, 
      flores que os regaláis sin timideces 
      si algún día 
      él no tolera más de la tristeza 
      y te invita a morir hacia sus brazos. 

domingo, 20 de octubre de 2013

De libros XXIII (Jardín al mar)

      *

      No quieres ser la intención de la mañana
      en los palmitos…
      Ella se acicala con la complacencia
      del despertar
      y, si no prepara ningún pensamiento
      que aleccione al día o busque una razón
      en su esplendor,
      tampoco tú has conservado la vasija
      de los fracasos.

      Y la ilusión de un hallazgo, una victoria,
      significa muy poco cuando se mide
      con las hojas en cera de la carissa.

      La mañana
      trenza cestos de palmito y pesca peces
      del aire
      por el puro placer de tocarlo todo.

      *Carissa y palmito

domingo, 13 de octubre de 2013

XXII De libros: Idolatrías


      EMILY

      Esta es la tarde
      que se asemeja a todas 
      las cartas del verano.
      Mis animales duermen seguros de mi estancia, 
      de mi callada y lenta compañía.

      Esta es la tarde
      de la cantora
      de jazz. Quizá otra tarde modulara  por mí
      un blues de llanto,
      ese fuego del apasionamiento.

      Pero esta tarde
      dejo de amedrentarme con las inmediaciones
      de Aquel,
      verdugo de las tardes destinadas a sombras.

      Fueron setenta días 
      de acicalarme el rostro.
      Él prefería el negro, el suficiente orgullo
      y yo sólo quería averiguar sus manos,
      arriesgarme de amor y delinquir.

      Tú morirás muy joven,
      y le besé parando las agujas.

      Esta es la tarde
      que me invita a guardar
      el maquillaje.

      Y recobro el dominio de los círculos
      rodeando mi casa
      de jardines
      por tener un planeta que pasear sin riesgo,
      vistiéndome de blanco para ser labios blancos
      de soledad,
      más blancos que las manos
      de Aquel,
      más blancos que su vuelo 
      de enamorado cuervo de sí mismo.

domingo, 6 de octubre de 2013

De libros XXI ( DIARIO SECRETO DE M. H.)



      "El terrible relato de Jonathan me desconcertó tanto que anoche no tuve ánimos para escribir." 

      Delgada frialdad de madrugada 
      cuando el esposo advierte 
      el asma como piedra de la ausencia… 


      Podría regalarle una sed negra 
      o verter levadura 
      en su agonía,
      sin embargo, sostengo con cristales 
      su estertor 
      -es estertor el tiempo que no es ansia- 
      y el sol se multiplica sobre el vidrio
      reduciendo su mundo a un parpadeo 
      cuando la madrugada 
      me llama a la obediencia de tus labios.