sábado, 6 de enero de 2018

De IDOLATRÍAS

      Las putas de antaño, de Carmen Pinedo Herrero. Relato.
      Gipsy, de Kees Van Dongen

      BESOS NO, POR FAVOR


      Pasea las aceras
      con el cimbreo de la Diosa Negra
      pisoteando los jardines lánguidos
      y haciendo de su ruta una conquista infame
      de otra luna.

      Da miedo
      porque la noche le reserva sordas
      prohibiciones cristianas,
      ritos de un movimiento que parodia el amor
      en la ventura insomne
      delante  de los templos.

      Da miedo
      porque duerme de día,
      al tiempo del horario del castigo
      que dignifica al hombre, dicen, que procura
      no hacerse cargo nunca del desorden.

      No la mires
      como a La Ninfa Flora de Arcimboldo
      si no quieres saber qué delicias cocina
      para azuzar el hambre
      de aquellos que se entregan
      al delirio de un cuerpo acostumbrado
      a los misterios.

      Pasea las aceras
      transformando la noche en la redada
      de guardianes corruptos, de los ebrios de nieve,
      de los puentes que acechan
      a las debutantes.


      Tan sólo en las novelas
      de Victoria Holt
      alguna se convierte en la maharaní
      de un reino que saluda a toros blancos,
      hablando a periquitos detrás de celosías,
      trenzándose el cabello
      con sartas de esmeraldas.