CORAL
Cualquier rojo,
estando vivo, sabe esperar.
Vienen los peces que
se llaman ángel llama,
ángel francés tan
presumido,
ángel medianoche,
ángel emperador
buscando trono
y un caballo de mar
por si hay antojo
para trotar por
prados sumergidos.
También hay peces
ballesta, ¡qué despistados,
han perdido las flechas!
Y se acercan
los peces cirujano con su bata azul
porque juegan a médicos.
Un escorpión de
espinas peligrosas,
damiselas dominó
que ganan la partida,
los peces
mariposa de amapolas marinas
y algún payaso pez
que prefiere nadar
como un payaso.
El rojo, estando
vivo, palacio de las algas
invisibles.
El
vivo, el habitado rojo con cimientos
de
espuma.
Una
ciudad de rojo suavizado.
Entran
y salen los peces por las ventanas
curioseando.
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