*
Una lumbre apacible regalando la serenidad…
su dilación, su gradual
ensombrecerse que no amedrenta.
Me preguntaría dónde se
posa el pájaro del ansia,
dónde reside la certeza de un
futuro favorable.
El aire rojo no sabe, ni
siquiera se reconoce…
carente de nombre discurre a
otro archipiélago de dudas.
Y entonces mi convencimiento
se resume en ese punto
llameante:
quizá ahí una diminuta
alegría tiene raíz
para que la noche no sea toda
ella desesperar
o un carnívoro trágico.
*Foto: Ricardo Martín
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