domingo, 1 de febrero de 2015

De CIELOS DE TOLEDO




      *

      Una lumbre apacible regalando la serenidad…
      su dilación, su gradual ensombrecerse que no amedrenta.

      Me preguntaría dónde se posa  el pájaro del ansia,
      dónde reside la certeza de un futuro favorable.

      El aire rojo no sabe, ni siquiera se reconoce…
      carente de nombre discurre a otro archipiélago de dudas.

      Y entonces mi convencimiento se resume en ese punto
      llameante:

      quizá ahí una diminuta alegría tiene raíz
      para que la noche no sea toda ella desesperar
      o un carnívoro trágico.

      *Foto: Ricardo Martín 


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