a comprar
-o tú, desde
lejos,
lumbre
primera, si me escuchas
reuniré la
hechicería
de los mirlos-
o para encontrarse
con cereal propicio, telas
multicolores y los ramos
de gladiolos y esterlicias
-si
tú me miras creceré,
daré
calor, convocaré
a
las hormigas de la suerte-
Para salir en la mañana
a vivir, a medir el lado
blando de lo manso: pequeños
caprichos no son más
que un lazo,
un tazón de azúcar sin cáscara,
oler el aire en la carita
del niño, y arrullarlo, hacerlo
de vainilla…
-tú, desde lejos, aproxímate,
sal del secreto de las conchas,
ven conmigo, plural exacto
de la espera-
Para salir en la mañana
y conversar con las mujeres
de obsidiana preciosa
-o
tú,
cuando
desanudas la niebla,
cuando la
mañana favorece
a los
callados-
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